miércoles, 11 de noviembre de 2009

IMAGINANTES

EL BLOG DE CRIXIS-SNAKE
IMAGINANTES

¿Parodia u homenaje?

Hace mucho tiempo (bueno no tanto) veía este tipo de cortos en la TV publica de mi país, en donde evidenciaba que la lectura, sin importar su temática y procedencia es tan profunda como si estuvieras viendo una película o un programa por Internet.

Y aunque me dedico a leer muchos libros y cuentos, nunca me he tomado el tiempo suficiente para comunicar distintos tipos de lecturas a otros, es por eso que a la vez que parodio este tipo de cortos, me doy a la tarea de homenajear su idea y recomendar algunas lecturas.



COMENCEMOS…




En un tiempo no muy difícil, un empleado con muchos años en una importante empresa de conservas se acercó al dueño de la misma y le dijo: “Señor García, quería comentarle un tema que creo que no es justo. Se nos a anunciado una reestructuración y quier preguntar ¿Por qué Ana, que lleva un poco mas de un año en la empresa gana mas que yo, si tenemos un puesto equivalente y yo llevó 20 años aquí?. Consideró que es un error”.

El dueño le miro unos segundos sin responder, alzó la vista y tras mirar por la ventana de su despacho le dijo: “¿Ve ese barco que esta llegando al puerto? Acérquense y hable con ellos por si tienen algo que nos interesa”.

Una hora mas tarde el empleado regreso: “He hablado con uno de los marineros y me ha dicho que tiene la bodega llena y que están de regreso a su lugar de origen; aquí solo van a hacer una parada para repostar”.

García le contesto: “Vaya y entérese si estarían dispuestos a vender su carga”.

Unos minutos mas tarde el leal empleado regresó diciendo: “Lo veo difícil; me ha dicho que tienen un comprador en su pueblo y que paga muy bien”.
El dueño le comento: “Entérese de cual es la oferta que tienen y por cuanto estarían dispuestos a vender”. El empleado cabizbajo respondió prontamente, “Bien, lo intentaré, pero tendrá que ser después de comer, porque se marchaban ya a la cantina”.


Esa misma tarde el empleado vuelve y le trae a García nueva información: “Dice que si le compran a 20, y que si consideran que es un buen precio… Si queremos la mercancía tendríamos que mejorar la oferta”. “Bien ¿tu cual crees que sería una buena oferta?”, le pregunto García.

-“Yo les ofrecería 23 de entrada, y a partir de ahí, entrarían en el tira y afloja de siempre, pero en ningún caso pasaría la oferta final de veintiséis. De todas formas no les veo muy receptivos, ya sabe, no son de los habituales de este puerto y eso se nota”.

-“¿Te atreves a intentar cerrar un trato con ellos?”.

- “¡Hombre, señor García, atreverme pero por supuesto!, mañana a primera hora, me acerco a negociar con ellos si aún esta aquí, porque tienen mucha prisa en volver a su casa”.

El dueño pidió al asistente que se sentara, y sin decirle nada mas mando llamar a Anna, que empezó a trabajar en la empresa al quedarse viuda, tras el naufragio de un barco pesquero del que su marido era el capitán.




-“Anna, ¿ves ese barco amarrado en el puerto?, acércate y habla con ellos por si tiene algo que nos interese”.
Anna salio del despacho y el empleado replicó: “Jefe, si ya lo he hecho yo, ¿para que manda otra vez a Anna?”. El dueño le hizo callar con un gesto, indicándole que esperara. Poco mas de media hora mas tarde regreso Anna y le dijo: “Tiene las bodegas llenas, me empeñe en hablar con el capitan y me ha dicho que vuelven a puerto, que solo han parado para repostar. Le he preguntado que a cuanto se lo compran, y me ha dicho que tienen un comprador en su pueblo, que se lo paga a 20. Como querían cenar temprano para madrugar y zarpar al amanecer, les he llevado al Mesón del Ancla, que no lo conocían y que esta mucho mejor que la cantina. Allí mientras pedían, le he igualado la oferta y le he dicho que compramos su pesca manteniendo los 20, lo descargamos todo esta misma noche y asi mañana parten con las bodegas vacías con lo que podrían llegar un día antes a casa, sin tener que ocuparse de la venta además de ahorrarse combustible. Y me ha dicho que si cerramos el asunto antes de que se acuesten, le vale. De regreso ha hablado con los muchachos de la lonja y me dice que podría tener una cuadrilla para descargar el barco esta misma noche. Creo que es un buen negocio y me ha dicho el capitan que si todo sale bien, estarían dispuestos a traer aquí su mercancía a partir de ahora, porque este puerto les viene mucho mejor para su ruta. ¿Esta bien jefe?”.

El dueño miro al empleado una sola vez, giró su cabeza y le dijo a Anna: “Buen trabajo, se nota que conoces bien a los marineros, dile a los chicos que descarguen y al capitan que yo mismo le acercare el dinero, y le invitaré a una copa para charlar del futuro”.

Ana salió rauda del despacho, y el dueño se dirigió a empleado: “Perdone, con este trajin me he olvidado lo que me comentaba esta mañana, ¿de que se trataba?”. El empleado, aún aturdido, tan solo dijo: “Bien, señor, espero que haga valer mi antigüedad en la casa a la hora de la reestructuración”, y el dueño que sonriente ya casi salía por la puerta le respondió: “La antigüedad no es un grado. El talento, el rendimiento, la eficacia profesional, si. Espero que sea usted el que haga valer esos años de experiencia. Su rendimiento no esta en mis manos, sino en las suyas, y por mi parte estaré encantado de volver a tenerle entre los mejores si asi lo merece”.





ESTO nos cuenta Paco Muro en su libro homónimo “El pez que no quiso evolucionar”, en el relato –La antigüedad no es un grado-
En donde nos muestran que no importa el tipo de vida que llevemos y no importa la edad, sino los conocimientos que se ponen en práctica usando las experiencias que con el paso de los años hemos adquirido.

Esto como siempre nos da una pauta para sobrevivir a la realidad usando nuestra imaginación.


SAYONARA

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